Moody, RaymondVida despues de la vida
VIDA DESPUS DE LA VIDA RAYMOND A. MOODY, JR. RAYMOND A. MOODY tiene los doctorados de filosofa y medicina, adems de ser psiquiatra. Fue el primer mdico que estudi de modo sistemtico los fenmenos de supervivencia a la muerte corporal, publicando el resultado de sus investigaciones en su xito mundial de ventas VIDA DESPUS DE LA VIDA. Actualmente dirige el "Teatro de la Mente" en el estado de Alabama, donde contina su trabajo, y viaja por el mundo dando conferencias en torno a la muerte y sus fenmenos. Ttulo del original ingls: LIFE AFTER LIFE (1975) C o n t e n i d o SOBRE EL AUTOR RECONOCIMIENTOS PRLOGO A ESTA EDICIN PREFACIO INTRODUCCIN 1. EL FENMENO DE LA MUERTE 2. LA EXPERIENCIA DE LA MUERTE Inefabilidad Or las noticias Sensaciones de paz y quietud El ruido El tnel oscuro Fuera de cuerpo Encuentro con otros El ser luminoso La revisin La frontera o lmite El regreso Hablar con los otros Efectos sobre las vidas Nuevas visiones de la muerte Corroboracin 3. PARALELOS La Biblia Platn El Libro tibetano de los muertos Emanuel Swedenborg 4. CUESTIONES 5. EXPLICACIONES 6. IMPRESONES BIBLIOGRAFA Sobre el autor RAYMOND A. MOODY est casado y tiene dos hijos. Ha sido estudiante y profesor de filosofa, con especial inters por la tica, la lgica y la filosofa del lenguaje. Tras un periodo de enseanza en filosofa, continu sus estudios de medicina y decidi convertirse en psiquiatra para ensear filosofa de la medicina en una facultad de medicina. Durante ese tiempo estudi los fenmenos de supervivencia a la muerte corporal, dando conferencias a muchos grupos de enfermeras y mdicos. Debido a la novedad de estas investigaciones, el doctor Moody desconoce si otros doctores estn realizando una investigacin similar. Mediante la copia de prepublicacin de Vida despus de la vida, entr en contacto con la doctora Elisabeth Kubler-Ross, cuya investigacin no slo era paralela, sino que duplicaba sus hallazgos. Hasta febrero de 1976 no se conocieron. Al doctor George Ritchie, y, con su mediacin, a Aquel que l sugiri. Reconocimientos SON muchos los que me han alentado y ayudado durante la investigacin y redaccin del libro, y sin ellos no hubiera podido completar el proyecto. Mi buen amigo John Ouzts me anim a dar la primera conferencia sobra el tema. John Egle, de Mockingbird Books, me propuso plasmar en su libro mis descubrimientos, proporcionndome apoyo y aliento en todo el proceso. Leonard, Mae, Becky y Scott Brooks me suministraron alojamiento, alimento y medios de transporte siempre que lo necesit. Kathy Tabakian me acompa en varias de las entrevistas y me ha beneficiado de las largas discusiones que con ella he tenido. Russ Moores, Richard Martin y Ed McCranie, del Colegio Mdico de Georgia, me ofrecieron vlidas sugerencias y referencias a textos relevantes. Mi esposa pas muchas horas revisando el manuscrito y la copia mecanografiada. Finalmente, me gustara dar las gracias a todos los que me contaron sus encuentros con la muerte. Slo deseo que este libro sea digno de la confianza que todos los mencionados han puesto en m.Prlogo a esta edicin POCOS son los libros que modifican conceptos y creencias arraigados poderosamente en la conciencia colectiva de una sociedad y, a su vez, abren un debate intenso y enriquecedor. Vida despus de la vida es uno de ellos. Cuando en el decenio de 1970 un joven mdico norteamericano sac a la luz el resultado de sus investigaciones en torno a personas declaradas clnicamente muertas, y que despus haban sido reanimadas, pocos sospecharon la repercusin que estos testimonios iban a tener en la sociedad. Desde entonces, no es posible concebir ningn estudio, debate o planteamiento referido a experiencias prximas a la muerte que no tenga en consideracin el trabajo del doctor Moody contenido en esta obra. No nos corresponde especular sobre dichas experiencias. Hoy son ya del dominio pblico y han sido narradas por miles de personas que aseguran verse fuera de sus cuerpos mientras contemplan la escena flotando por encima de personas y objetos sin poder tocarlos. Tampoco son ya extraos ni el tnel que afirman recorrer, en cuyo final luminoso encuentran habitualmente a amigos y parientes ya fallecidos que les dan la bienvenida cariosamente, ni mucho menos el estado de paz y alegra que los envuelve y elimina el miedo a la muerte para el resto de sus vidas. Nada de esto nos es ajeno. Hoy son cientos los libros y artculos publicados sobre el tema desde aquella fecha, y son numerosas las personas que han continuado esta misma lnea de investigacin y han recopilado miles de nuevos testimonios, y es rara la persona que no conozca o no haya odo hablar de alguien que haya vivido esta experiencia. No obstante, muchas fueron las voces que se levantaron escandalizadas ante la investigacin, e incluso declaraban como falsos los mismos testimonios de las personas que haban tenido el valor de narrar su experiencia sin importarles ser consideradas como locas. Otras, sin embargo, aplaudieron el mrito indudable de haber llevado a cabo un estudio sobre un tema tab por excelencia, y se multiplicaban los interrogantes abiertos que planteaba la sorprendente coincidencia en los puntos ms importantes de las experiencias relatadas. Y fue el lector, como casi siempre, el que aval con su aceptacin masiva un libro destinado, a priori, a integrar el catlogo de obras de minoras, especializadas, raras y curiosas. Naturalmente, el tema no est agotado, ni mucho menos. La curiosidad cientfica del doctor Moody lo ha llevado a continuar sus investigaciones en torno a la muerte, esta vez en un campo an ms polmico: la posibilidad de contactar con personas fallecidas. Ah estn los resultados en un nuevo libro (Ms sobre Vida despus de la vida) que tambin hemos tenido el placer de publicar en espaol. Su contenido ha vuelto a significar un punto de inflexin, ya que sus aportaciones desechan prejuicios y abren interrogantes que no pueden ser ignorados por nadie que tenga un mnimo de inters por los grandes enigmas que han rodeado al hombre en torno a la muerte. Finalmente, como editores, nos queda la satisfaccin de haber llevado al lector espaol un libro que ya ha entrado por mritos propios en la categora de clsico, y, cmo no, agradecerle la respuesta con la que, durante 20 aos, ha demostrado su sensibilidad y criterio a la hora de valorar obras valientes e innovadoras. Respecto al doctor Moody, hay que decir que no ha perdido un pice de su talante cientfico, de su buen humor de su calidad humana ni de su espritu emprendedor Todo ello lo testimonian las decenas de conferencias que anualmente imparte en todo el mundo y las novedades editoriales con las que invariablemente nos sorprende y nos estimula una y otra vez a revisar conceptos y creencias que considerbamos inamovibles. Por estas razones, gracias a todos, autor y lectores, y confiamos en continuar siendo un eficaz elemento transmisor entre ambos. Para nosotros es una gran satisfaccin. LOS EDITORES Prefacio HE tenido el privilegio de leer la copia previa a la publicacin del libro y me complaci que al doctor Moody, joven erudito, haya tenido el coraje de reunir sus descubrimientos y realizar este nuevo tipo de investigacin, tan til para la gran masa de pblico. Desde hace veinte aos vengo dedicndome a pacientes en la ltima fase de su enfermedad, por lo que he experimentado una preocupacin creciente ante el fenmeno de la muerte. Hemos aprendido mucho sobre dicho proceso, pero quedan sin responder muchas de las preguntas sobre el momento de la muerte y las experiencias que tienen nuestros pacientes a partir del instante en que se los declara clnicamente muertos. La investigacin que el doctor Moody presenta en este libro iluminar muchas de ellas, confirmando al tiempo lo que se nos ha dicho durante dos mil aos: que existe vida tras la muerte. Aunque no afirma haber estudiado la muerte misma, es evidente, a partir de sus hallazgos, que el paciente contina consciente del entorno tras haber sido declarado clnicamente muerto. Ello coincide con mi propia investigacin, basada en los relatos de pacientes que han muerto y han regresado, contra lo que era de esperar, y ante la sorpresa de expertos y bien conocidos mdicos. Todos los pacientes han experimentado la sensacin de flotar fuera del cuerpo, unida a la de una gran paz y una percepcin de totalidad. Casi todos eran conscientes de otra persona que los ayudaba en la transicin a otro plano de existencia. Muchos eran recibidos por seres amados que haban muerto antes o por un personaje religioso que haba sido significativo en su vida y que, como es natural, coincida con sus creencias religiosas. Me llena de aliento leer el libro del doctor Moody en el momento en que me encontraba dispuesta a poner sobre el papel los resultados de mis propias investigaciones. El doctor Moody ha de estar preparado para recibir muchas crticas, provenientes ante todo de dos reas. Una de ellas compuesta de miembros del clero que se sentirn molestos de que alguien se atreva a investigar un terreno que se supone tab. Algunos representantes religiosos de una iglesia sectaria ya han expresado sus crticas ante estudios como ste. Uno de ellos se refera a stos como vendedores de la gracia a precio de saldo. Otros pensaban que la cuestin de la vida en el ms all deba ser aceptada con fe ciega y no ser cuestionada por nadie. El segundo grupo del que el doctor Moody puede esperar crticas est compuesto de cientficos y mdicos que considerarn su estudio acientfico. Creo que hemos llegado a una era de transicin en nuestra sociedad. Hemos de tener el coraje de abrir nuevas puertas y admitir que nuestras actuales herramientas cientficas son inadecuadas para muchas de las nuevas investigaciones. Confo en que este libro las abra a quienes poseen una mente abierta y en que les dar esperanza y valor para avaluar las nuevas reas de investigacin. Ellos comprendern que los descubrimientos aqu citados son verdaderos, pues estn escritos por un investigador genuino y honesto. Son corroborados por mi propia investigacin y por los hallazgos de otros cientficos serios, de eruditos y de clrigos que han tenido la valenta de investigar este nuevo campo con el deseo de ayudar a quienes necesitan conocer Recomiendo el libro a todos los que mantengan abierta su mente, y felicito al doctor Moody por el valor que ha demostrado al imprimir sus descubrimientos. ELISABETH KUBLER-ROSS, M. D. Flossmoor, Illinois Introduccin ESTE libro, en cuanto que es obra humana, refleja los antecedentes, opiniones y prejuicios de su autor. Por ello, y a pesar de la objetividad que me he esforzado en imprimirle, pueden ser tiles algunos datos sobre mi persona en el momento de evaluar algunas de las extraordinarias afirmaciones que en l se hacen. En primer lugar, nunca he estado cerca de la muerte, por lo que no se trata de un relato de primera mano sobre experiencias propias. Sin embargo, no puedo por ello reivindicar una objetividad total ya que mis emociones han estado implicadas en el proyecto. Mientras escuchaba el relato de las fascinantes experiencias de que trata este libro, llegaba casi a la sensacin de estar vivindolas. Espero que tal actitud no haya comprometido la racionalizacin y equilibrio de mi aproximacin al tema. En segundo lugar, el que escribe no est ampliamente familiarizado con la abundante literatura sobre hechos paranormales y ocultos. No lo digo por menospreciarla, pues estoy convencido de que un mejor conocimiento de ella hubiera ampliado mi comprensin de los hechos estudiados. De hecho, tengo la intencin de analizar ms profundamente algunos de esos libros para comprobar hasta qu punto las investigaciones de otros son confirmadas por las mas. Mi educacin religiosa merece algn comentario. Mi familia acuda a la iglesia presbiteriana, pero mis padres nunca intentaron imponer sus creencias o conceptos religiosos a sus hijos. Conforme iba creciendo, se limitaron a estimular cualquier inters que desarrollara por m mismo, facilitndome oportunidades para ello. En consecuencia, tuve una religin compuesta no por una serie de doctrinas fijas, sino por cuestiones, enseanzas y doctrinas religiosas y espirituales. Creo que todas la religiones humanas tienen muchas verdades que comunicarnos y que ninguno de nosotros posee todas las respuestas a las verdades profundas y fundamentales con que trata la religin. Por lo que se refiere a mi adscripcin a una organizacin particular, soy miembro de la Iglesia metodista. En cuarto y ltimo lugar, mis antecedentes acadmicos y profesionales son algo diversos; algunos diran fraccionarios. Me gradu en filosofa en la Universidad de Virginia y me doctor en esa materia en 1969. Me he interesado especialmente por la tica, la lgica y la filosofa del lenguaje. Tras ensear filosofa durante tres aos en una universidad del oeste de Carolina del Norte, curs estudios en una facultad de medicina con la finalidad de convertirme en psiquiatra y ensear filosofa de la medicina en una facultad mdica. Todos esos anhelos y experiencias han contribuido, lgicamente, a dar forma a la aproximacin que he adoptado en este estudio. Espero que el libro llamar la atencin sobre un fenmeno muy extendido y al mismo tiempo bien oculto y que, al mismo tiempo, crear una actitud pblica ms receptiva sobre la materia. Estoy firmemente convencido de que tiene un gran significado, no slo para muchos campos acadmicos y prcticos especialmente psicologa, psiquiatra, medicina, filosofa, teologa y sacerdocio-, sino tambin para la forma en que vivimos nuestra existencia cotidiana. Permtaseme decir desde el principio que, por motivos que explicar ms tarde, no estoy intentando demostrar que exista vida despus de la muerte. Ni siquiera pienso que una prueba de este tipo sea posible hoy en da. Se debe en parte a esto que haya evitado el uso de nombres reales y disfrazado algunos de los detalles que podran servir de identificacin, aunque dejando siempre sin cambiar el contenido. Ha sido necesario para proteger la vida privada de los individuos implicados y, en muchos casos, para obtener el permiso de publicacin de las historias que me relataron. A muchos, las afirmaciones que se hacen en este libro les parecern increbles y su primera reaccin ser de rechazo. De nada puedo culparlos, pues sa hubiera sido precisamente mi reaccin hace tan slo unos cuantos aos. No pido que nadie acepte y crea los contenidos de este libro basndose slo en mi autoridad. Por el contrario, como lgico que rechaza la aproximacin a una creencia basndose en ilcitas apelaciones a una autoridad, pido expresamente que nadie lo haga as. Slo deseo que cualquiera que no crea en lo que lee indague un poco por s mismo. Es lo que yo he hecho durante algn tiempo. De los que lo han aceptado, ha habido muchos que, escpticos al principio, han llegado a compartir mi asombro ante estos acontecimientos. No dudo, adems, que muchos se sentirn aliviados al leerlo, pues descubrirn que no han sido los nicos en haber tenido tal experiencia. A ellos -especialmente si, como ha ocurrido con frecuencia, slo se han confiado a unas pocas personas- slo puedo decirles que espero que este libro los anime a hablar ms libremente, para que una de las facetas ms problemticas del alma humana pueda ser ms claramente elucidada. 1. El fenmeno de la muerte QU es la muerte? La humanidad ha venido hacindose esa pregunta desde el principio. En los ltimos aos he tenido la oportunidad de plantearla ante gran nmero de auditores, desde mis alumnos de psicologa, filosofa y sociologa, hasta los que me han escuchado en organizaciones religiosas, en mis debates en la televisin, o los que lo han hecho en clubes cvicos y en las sociedades profesionales de mdicos. Por la experiencia que he obtenido en esos aos de exposicin, puedo decir que el tema excita poderosos sentimientos en individuos emocionalmente diferentes y de muchas clases sociales. A pesar del inters, sigue siendo cierto que a muchos de nosotros nos es muy difcil hablar de la muerte, y ello principalmente por dos razones. Una de ellas es de carcter psicolgico y cultural: es un tema tab. Tenemos la sensacin, quiz slo subconscientemente, de que cualquier forma de contacto con la muerte, por muy indirecta que sea, nos enfrenta con la perspectiva de la nuestra; la hace ms cercana y real. Por ejemplo, la mayor parte de los estudiantes de medicina, yo incluido, han descubierto que incluso el encuentro remoto con ella, que se produce en la primera visita a los laboratorios anatmicos nada ms entrar en una facultad de medicina, provoca fuertes sentimientos de inquietud. En mi caso, la razn de esa respuesta me parece ahora obvia. Con la perspectiva de los aos pasados me doy cuenta de que no me senta implicado con la persona cuyos restos estaba viendo, aunque tambin haba algo de eso. Lo que vi sobre la mesa fue el smbolo de mi propia mortalidad. En cierta manera, quiz slo preconscientemente, por m mente debi cruzar este pensamiento: A m tambin me ocurrir. Asimismo, hablar de la muerte puede considerarse, a nivel psicolgico, como otra forma de aproximacin indirecta. Sin duda, mucha gente siente que hablar de ella equivale a evocarla mentalmente, a acercarla de tal forma que haya que enfrentarse a la inevitabilidad de propio fallecimiento. Por tanto, para ahorrarnos el trauma psicolgico, decidimos evitar el tema siempre que nos sea posible. La segunda razn de la dificultad de discutir la muerte es ms complicada y se relaciona con la naturaleza del lenguaje. En su mayor parte, las palabras del lenguaje humano aluden a las cosas que hemos experimentado con nuestros sentidos fsicos. Sin embargo, la muerte es algo que recae ms all de la experiencia consciente de la gran mayora de nosotros, pues nunca hemos pasado por ella. Si hemos de hablar de ese tema, tendremos que evitar los tabes sociales y los dilemas lingsticos profundamente arraigados derivados de nuestra inexperiencia. Lo que a menudo terminamos haciendo es utilizar analogas eufemsticas, compararla con cosas ms agradables de nuestra experiencia, con cosas que nos son familiares. Quiz la analoga ms comn sea la comparacin entre muerte y sueo. Morir, nos decimos, es como dormirse. Esta figura del lenguaje es muy comn en el pensamiento y lenguaje de cada da, as como en la literatura de muchas culturas y pocas. Incluso era corriente en la Grecia clsica. En la Ilada, por ejemplo, Homero llama al sueo hermano de la muerte, y Platn, en su dilogo la Apologa, pone las siguientes palabras en boca de Scrates, su maestro, que acaba de ser sentenciado a muerte por un jurado ateniense: Si la muerte es slo dormirse sin sueos, debe ser un maravilloso premio. Imagino que si a alguien se le dijese que escogiera la noche en que durmi tan profundamente que ni siquiera so y la comparase con el resto de noches y das de su vida y que dijese entonces, tras la debida consideracin, cuntos das y noches ms felices haba tenido, creo que. cualquiera se dara cuenta de que esas noches y das son fciles de contar en comparacin con el resto. Si la muerte es as, la considero ventajosa, pues todo el tiempo, si la miramos de esa forma, puede tomarse como una sola noche .1 1 Platn, Los ltimos das de Scrates. Traducido directamente de la versin inglesa de Hugh Tredennick (Baltlmore: Penguin Books, 1959), pg. 75. La misma analoga encierra nuestro lenguaje contemporneo. Consideremos la frase hacer dormir. Cuando se lleva un perro al veterinario para que lo haga dormir (que lo mate), nos referimos a algo muy distinto a cuando decimos lo mismo a un anestesil